lunes, 16 de abril de 2007

ropa vieja

No, no me estoy refiriendo a esta ropa vieja, qué rica debe de estar... Estoy hablando de la ropa, textil, calzado, etc., con la que nos cubrimos día a día (bueno, algunos/as se cubren más que otros, e incluso día a día también).

Recuerdo que hace años, se pusieron de moda los vaqueros rotos. Pero rotos aposta, ¿eh? Es decir, que empezaron a venderlos en las tiendas a precio de vaqueros nuevos y a menudo, más caros aún. Y la gente los compraba. No servía comprarte unos vaqueros nuevos y romperlos tú, porque se conoce que hasta para hacer rotos hay que estudiar diseño. Con la ilusión de hacer la manualidad uno mismo, los rotos no quedaban bien hechos y la gente lo notaba. Sin embargo, muchos lo intentaban, para ahorrarse algo de dinero.

Supongo que fue una época en la que llovieron muchas (h)ostias de parte de los padres hacia los hijos. Yo desde luego, si viera a mi hijo comprando ropa rota o rompiéndola él mismo, le saco los dientes de leche, de una leche. Lo que me iba a ahorrar en dentistas.

Las roturas fibrilares (de las fibras de los vaqueros, se entiende), eran bastante variables en tamaño y número, pudiendo verse desde un par de "discretos" rotos deshilachados hasta perneras completamente destrozadas que enseñaban completamente todo lo que iba dentro de ellas.

Haciendo un paréntesis durante el que supongo que no me fijé (o quizá mi cerebro borró para no hacerme sufrir), años después comencé a ver chavales y chavalas que llevaban vaqueros con el tiro en las rodillas, los bolsillos que normalmente van en la culera a la altura de las pantorrillas y arrastrando todo el conjunto por el suelo. A tal maravilla estética se unieron los pantalones más largos de lo necesario, deshilachados y pisoteados por abajo.

Cuando pensé que ya casi nada podía sorprenderme, después de ver todo tipo de modas chabacanas, ramplonas y zarrapastrosas, el otro día he vuelto a flipar (pero en sentido totalmente negativo) en un centro comercial. Mientras buscaba unos zapatos, me encontré en una estantería con unas zapatillas totalmente deshilachadas, como si no se hubiesen molestado en rematarlas. Pensé que alguien las habría devuelto y que no tardarían en bajarlas a la zona de saldos, pero enseguida me topé con más y más pares de otros colores y modelos, todos medio destrozados artificialmente. No podía salir de mi asombro y me di cuenta de que incluso ¡venían manchadas de fábrica!

Mi estupor no conocía límites cuando salí de la tienda. Se lo comenté más adelante a un amigo y me dijo que él había visto que vendían incluso "pantalones vomitados", es decir, con manchas amarillentas como si fuesen de vómito y no estuviesen lavados. Me pregunté si la gente no se daba cuenta de que, comprando la ropa nueva y usándola un par de años, el resultado sería el mismo y además les habría dado servicio todo ese tiempo. Mi amigo me dijo irónicamente, "¿pero cómo iban a estar dos años con la misma ropa, hombre?".

El caso es que no entiendo nada. Toda esa ropa me parece antiestética y no comprendo el interés por vestir como vagabundos. Será otra forma de protestar o de intentar ser diferentes... Pero al igual que pasó con los tatuajes, piercings, etc. (mucho tema hay para charlar...), los pioneros en hacérselos quizá parecerían diferentes. Pero ahora los diferentes son los que no tienen ninguna modificación corporal, visten ropa normal y demás.