martes, 11 de septiembre de 2007

En reconstrucción

Según abría esta entrada me he dado cuenta de que la última vez que publiqué algo fue a mediados de mayo. Ya sabía que había pasado mucho tiempo, pero el hecho de ver esa fecha me da que pensar si una de las razones más importantes de no escribir era mi estado físico. Vale que muchas veces me he puesto excusas y que podría emplear mi tiempo de mejor forma. Estoy seguro que de haberme esforzado un poco, habría publicado unas cuantas nuevas entradas. El caso es que, aunque suelo tener ideas, luego no me apetece ponerme aquí a soltarlas y me cuesta ordenar las frases. Vaguería en toda regla y poco más. De todas formas, siempre he sido de la opinión de que si no tengo nada interesante que decir, mejor me callo.

Pues nada, al menos mañana va a pasar algo inusual: me operan. Nunca me han operado de nada antes y aunque el cirujano me ha dicho que es una intervención muy sencilla, me tienen que poner Anastacia general (qué gran cantante).

De momento no me encuentro nervioso. Llevo varios meses con dolor, así que estoy esperando la operación como agua de mayo que me solucione el problema. Ultimamente no me duele mucho y he bajado el consumo de analgésicos. Uno de los miedos que tenía es que me miren y me digan que no pueden operarme porque se ha solucionado solo. Creo que se me volvería a reproducir con el tiempo, por lo que perder la oportunidad de la operación ahora sería un fastidio. Si he necesitado casi cuatro meses con dolores para llegar al día de la operación y no fuese suficiente, aguantar más tiempo con dolor sería un calvario.

Pero como digo, creo que no estoy nervioso. Siento curiosidad por cómo me sentiré antes y después, cómo será la anestesia, la forma de dormirme y de despertarme. Me imagino que luego me dolerá la zona por la manipulación. Creo que esa es la razón principal de escribir esta entrada. Espero poder ponerme pronto a escribir el siguiente artículo con el resultado del proceso.