Ups.
Salí de casa para dar una vuelta. Al entrar en el metro, una chica sudamericana que venía con una maleta, me preguntó con un acento ininteligible:
- Perdone, ¿voy bien para el cachuche? - Supuesto nombre geográfico, digo yo.
- ¿perdón? ¿a dónde dice?
- El yotuche.
- ¿el toyuche? Perdone, no le entiendo nada. ¿Es un local, un bar, o algo?
- No, es un barrio, el yopuche. - Sonreía.
- Pues la verdad, no me suena de nada lo que me dice. - Llegué a pensar que estaba de coña, o vete a saber. No entendía lo que me decía.
- Bueno, pues ya aquí salgo a la calle y pregunto.
- Vale, lo siento, hasta luego.
Como tenía un rato de viaje, me pasé un tiempo en el metro pensando a qué narices se refería la chica esta, o si se habría equivocado, o si se estaba quedando conmigo... No sé, me da un poco de rabia que aunque todos hablemos español, las expresiones y el acento varían tanto de un sitio a otro, que a veces es imposible enterarse. No sé en qué momento dejé de pensar en ello, estuve dando una vuelta con los colegas y después volví para casa en metro de nuevo.
Salgo a la calle y cuando voy a cruzar, se me acerca una señora mayor que me pregunta:
- Oiga, ¿la vereda de...? - Se da la vuelta, y le pregunta a una chica dentro de un coche, que debió ser quien hizo la pregunta original.
- La vereda de los barros - nos repite la chica a la señora mayor y a mí.
- Pues... No me suena de nada - digo. No es que tenga un conocimiento exhaustivo de todas las calles del mundo mundial, pero cuando preguntan por algo del entorno, siempre te suele sonar.
- Vale, gracias de todas formas - dice la conductora. Arranca y se marcha.
- Esa calle no me suena de por aquí - dice otro conductor, un chico negro que estaba en el coche detrás del de la chica.
Me marcho para casa. De tres personas a las que ha preguntado en un momento, no le suena a nadie. Pero yo pienso en buscar la dichosa vereda cuando pueda conectarme a Internet. Y aquí que me llevo la sorpresa:

¿Pero dónde diantres esta eso, si tiene el mismo código postal que la calle donde me preguntaron? Busco la ruta para llegar y aquí llega el remate:

Dos calles con el mismo código postal, en el mismo municipio, separadas por casi doce kilómetros y sólo teniendo que conducir por un par de autovías. Totalmente lógico, vamos.
Ahora me vuelvo a cuestionar qué es lo que me preguntaría la chica de la maleta en el metro. Qué marrón, lo mismo todavía está dando vueltas la pobre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario