Es bueno detenerse de vez en cuando a observar el camino recorrido, identificar las equivocaciones, revisar las nuevas herramientas obtenidas... Y estos momentos finales del año suelen darme esa perspectiva. Quizá sería interesante hacer estas reflexiones más a menudo, ajustar el intervalo de observación y actuación. Reconozco que todavía me puede la vagancia en demasiados momentos.
También me he dado cuenta de que hay cosas que son muy difíciles de arreglar, así que quizá lo mejor es aprender a vivir con ellas... Aunque todavía se me hace complicado, me quiero rebelar, me peleo contra lo que pienso que puede ser imposible de solucionar... En estos casos sólo el tiempo dirá cuándo dejo de pelearme y lo acepto. O a lo mejor termino venciendo...
Por otra parte, en temas de salud he tenido mis altibajos, aunque creo más bien altos que bajos. He disfrutado bastante este año, lo cual ha tenido sus consecuencias... En los últimos momentos he sentido que perdía un poco el control, pero creo haber reaccionado a tiempo y siempre que se pueda corregir, no hay problema.
En resumen, no me puedo quejar.
- Ah, Entonces bien, ¿no?
No, que digo, que no me puedo quejar.
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