martes, 26 de septiembre de 2006

Babylon 5

Acabo de terminar de ver el último episodio de Babylon 5 y de pegarme una «jartá» de llorar. Aunque el mensaje final es de esperanza (y de canguelo, porque hay sorpresa que podía verse venir o no), el último episodio es triste, o al menos me infundió ese sentimiento, algo que ya me ha pasado en otras ocasiones. No sé por qué soy tan influenciable...

Hubo un momento en el que tuve que poner el episodio en pausa para levantarme a por un pañuelo, con el típico dolorcillo de tristeza atenazándome la nuez. Después, mientras sacaba el disco del reproductor, me preguntaba por qué me sentía triste sólo con ver a unos personajes y acontecimientos de ficción, además de que el final estaba cantado desde hacía una gran tanda de episodios... La serie tiene largos arcos argumentales y estaba cuidadosamente planificada para cinco temporadas desde el principio. Entre otras cosas, hay presentimientos y visiones de futuro para diferentes personajes, además de los típicos recursos como «flashbacks», por lo que el argumento de fondo está siempre presente.

<INCISO>
Por cierto que llevaba tiempo intentando encontrar alguna palabra equivalente en castellano... La que proponen en ese artículo es analepsis, que parece que estará en el diccionario de la RAE pero suena un poco... como el culo ¿no?. Y «escena retrospectiva» es un poco largo... Al parecer «flash-back» está aceptado, separado por un guión. Snif.
</INCISO>

En cierto modo, no me extraña que a mucha gente le guste plantarse delante del televisor para ver cómo se reencuentran hermanos después de veinte años separados. Dejando aparte mi opinión (según la cual, la mayoría de los «sorprendidos» en los pogamas están simplemente actuando), me imagino que la alegría de los reencuentros debe producir algún tipo de reacción química adictiva en los cerebros de los televidentes.

El caso es que la serie, como toda creación artística, tiene detalles que no me han gustado (como personajes eliminados o algunos giros argumentales), pero en conjunto ha estado bastante bien. Hace tiempo que la tenía disponible, pero no me atrevía a verla porque la mayoría de los episodios estaban en inglés original sin subtítulos. También ha servido para darme cuenta de que los altavoces de mi televisor son bastante lamentables, pero enchufando unos auriculares se entendía todo perfectamente, descubrimiento que es a la vez un placer.

A partir de ahora me dará igual si las series me llegan en inglés o español; realmente lo único que me interesa es verlas y normalmente no suelo volver a visionarlas, así que lo mismo da. Lo que no me gusta demasiado es cuando algún episodio aparece doblado en sudamericano... «Babilonia Sinco. Hoy presentamos: seremonias de lus y oscuridad»... suena tan raro, ya tu sabeh... pero como he dicho, lo que me interesa es ver el producto y tampoco me puedo quejar.

De Babylon 5, de todas formas, tengo que volver a buscar un episodio que vi hace meses y que curiosamente, parecía transcurrir en la línea temporal posterior al último de la serie. Por más que lo intento, no lo encuentro. Me da que era algún tipo de episodio especial resumen, quizá un extra de un DVD. A lo mejor alguien lo ha visto y me puede dar una pista.

lunes, 25 de septiembre de 2006

Oportunidad Cero

El día que decidí abrir esta página, llevaba ya un tiempo sin mucho trabajo entre mis manos. Estuve varias jornadas ocupando parte de mi horario en descubrir nuevas bitácoras y leer todo lo que encontraba. Busqué un poco entre las diferentes plataformas para publicar y al final me decidí por esta para empezar a trastear.

Cinco minutos después de registrarme, uno de mis jefes vino a asignarme nuevas tareas. Si bien es cierto que agosto había terminado y con él, las vacaciones de la mayoría, el evento podría haber ocurrido en un intervalo de varios días alrededor de cuando pasó.

Cuatro años atrás, en pleno crash del sector informático, estaba en la oficina de una empresa anterior, desocupado también porque la empresa cliente había decidido «prescindir de nuestros servicios». Tras varias entrevistas para intentar entrar en otros clientes, ninguno de los cuales se acercaba a mi perfil profesional, estaba claro que el mercado se movía menos que los ojos de Espinete. Llevaba ya varios meses en aquella tesitura, revisando constantemente las ofertas de InFollobs cuando se me ocurrió que, para aprovechar el tiempo, podía aprender a desarrollar software para otras plataformas diferentes a las que habitualmente utilizaba. Me apetecía tener un asistente personal (PDA) y explorar sus posibilidades. Pregunté al chico que se encargaba de suministrar el hardware a mi empresa y en unos días conseguí mi HP Jornada 545 por lo que a mí se me antojó un buen precio: 180 lerus (viendo que las PDA más modernas estaban en torno a los 500). Al día siguiente, el contable de la empresa me comunicó mi finalización de contrato «por amortización del puesto de trabajo, al encontrarse la empresa en dificultades económicas». Bien, majete, bien, gastándote treinta mil pelas el día antes de tu despido.

Por suerte, las cagadas no han sido excesivamente grandes y casi todas las consecuencias se han podido arreglar. De todas formas, ya me gustaría a mí tener ese sexto sentido que parecen tener muchas personas. Y no me estoy refiriendo a «en ocasiones veo muertos», sino a detectar el tufillo que desprenden algunas decisiones, señal inequívoca de que la caca se acerca.

jueves, 21 de septiembre de 2006

¿qué es redondeado?

Muchas cosas lo son, pero en este caso me refiero a un clásico artículo que he visto en varias bitácoras: preguntarle al buscador por nuestro nombre para ver qué dice acerca de él. Aquí van unas cuantas de la primera vez que lo hice:
  • redondeado es determinante.
  • redondeado es una forma.
  • redondeado es limitadísimo.
  • redondeado es redundante.
  • redondeado es automático.
  • redondeado es parte de un conjunto de edificios.
  • redondeado es muy cómodo [y no molesta en el cuello como otras].
  • redondeado es sinónimo de mala alimentación.
  • redondeado es demasiado grande o pequeño para ser representado.
  • redondeado es muy pequeño.
  • redondeado es mucho más interesante.
  • redondeado es cero.
  • redondeado es 6.022 × 10²³.
  • redondeado es estable.
Pues sí. Pues no. Un poco como todo, oyes.

lunes, 18 de septiembre de 2006

Dorogata

Hola, me llamo redondeado y soy cafeinómano.

Llevaba mucho tiempo admitiéndolo para mis adentros, pero seguía cayendo una y otra vez. Seguramente a muchos mi afirmación les parecerá exagerada si pueden asimilar la sustancia sin problemas... Sigo escuchando frases como aquella de «yo es que hasta que no me tomo mi café por la mañana, no soy persona» Me pregunto entonces si durante ese tiempo será animal, vegetal, o mineral, pero esa es otra cuestión. El caso es que los efectos negativos superaban a los positivos, así que tuve que tomar una decisión.

Hubo incluso una temporada en la que encontré una tabla de equivalencias de C8H10N4O2 y medía mi ingestión por dosis... Por suerte yo no llegué a concentraciones muy altas, ni me aficioné a las «bebidas energéticas». Un día tomé un sorbo de una y me pareció tan repelente que el resto de la lata se me cayó accidentalmente por el fregadero.

Cuando la doroga más aceptada socialmente comenzó a afectarme, al principio, alguna que otra vez no surtía el mismo efecto, por lo que aumenté ligeramente la dosis. Más adelante, cada vez me despejaba menos tiempo y el cansancio que venía después iba en aumento. Creo que eso se conoce como «efecto rebote»: cuando se pasa el efecto de la sustancia, no te encuentras igual de cansado que antes de tomarla, sino peor.

Durante un maldito proyecto en el que nos hicieron quedarnos incluso de noche (ya despotricaré más sobre este asunto en otras entradas), la cantidad de cafeína que tomé en una semana superó la que solía ingerir en un mes. Tampoco es que fuese exagerada, comparada con la que toman algunas personas, pero para mí sí que era demasiada y ya me hizo pensar que tenía que quitarme.

Una vez conseguí librarme de aquel proyecto, hice una primera intentona de dejarlo, con su correspondiente recaída. Con la excusa de sólo tomar cuando me encontrase muy adormilado, al poco tiempo me di cuenta de que necesitaba el café a diario y además el efecto rebote volvió con más fuerza.

La gota (de café) que colmó el vaso (de café) ocurrió un martes. Me había tomado un café en casa para desayunar, antes de salir hacia la oficina. A media mañana fuimos un rato a la máquina del pasillo a por uno de esos mini-vasos y después de comer tomé un refresco de cola (nótese que no hago publicidad, todas son la misma mierda desatascadora de tuberías). Cuando llegué a casa estaba muy cansado (efecto rebote agudizado por el estrés de conducir), pero la sorpresa fue al ir a la cama:

Con todo el cansancio acumulado, pensé que me quedaría inconsciente en breves momentos, pero hete aquí que se produce el curioso fenómeno que venimos a llamar «ojos de búho», cuya característica principal, si fuésemos un vehículo, sería proyectar ininterrumpidamente con los ojos el haz de luces largas en el techo. Además, en esta ocasión mi cerebro decide ponerse a mil por hora y los pensamientos, montones de ellos en paralelo, me agobian. Bonito momento para una hiperactividad mental.

Después de innumerables vueltas en la cama, de levantarme a tomar tila, escuchar música relajante, e intentar todo lo imaginable, consigo dormir pasadas ya las tres de la mañana. Supongo que mi cerebro dijo que ya era suficiente, o que la batería se agotó por dejar las luces puestas. De hecho, arrancar al día siguiente se hace un suplicio y nadie me evita tener que levantarme a las siete. Con menos de cuatro horas de sueño, el día se me hace eterno entre conducir destrozado, amagos de cabezadas ante el PC y vergüenza por estar en estado tan lamentable. Pero ya está decidido:

Me estoy quitando. Solamente me pongo de vez en cuando.

Fue algo duro, sobre todo las primeras semanas, tenía mono de café, porque es un sabor que me encanta (no así los refrescos). El descafeinado, aunque ha mejorado bastante con el tiempo, no sabe igual que el café-café. A veces me sigue apeteciendo tomarme un cafetito, pero vuelvo atrás en el recuerdo de aquella fatídica noche y me aguanto las ganas.



Actualización (11 de mayo de 2007): Qué cojones, ya debería haber escrito esta actualización hace tiempo. Por supuesto que volví a caer en el café y ya tengo claro que soy un adicto, porque en cuanto empiezo a tomar un día laborable, el resto no puedo resistir tomarlo. Me afecta como siempre, con los bajones, el cansancio, etc., y aunque los "subidones" también me dan vidilla (a veces me pongo como una moto), es una mierda tener que depender de una sustancia. Ahora mismo estoy bastante cansado y son las ocho de la tarde. Así que el resumen de momento es que no creo que pueda dejarlo por ahora. Batalla perdida.

NOTA: Esta entrada NO ha sido patrocinada por CAFÉS "EL AVIÓN", que seguramente no conocerán el doble sentido del nombre de su empresa en España.

viernes, 15 de septiembre de 2006

Frist Psot

Es difícil comenzar a escribir aquí, después de decidir abrir un espacio como este. Me da la sensación de que cualquier cosa que se me ocurra la voy a redactar mal, que todas las frases son mejorables y que me dedicaré a corregir una y otra vez sin quedarme satisfecho con el resultado, como está pasando ya con este primer párrafo.

Muchas de las bitácoras que suelo leer, comienzan con un primer artículo en el cual se explica de dónde surgió la idea, cuál es el objetivo y por qué torturar a los lectores con las mismas tonterías (o no) que puede contar cualquier otro. Pero como no se me ocurre nada mejor, tiraré de este recurso y no será la última vez... Supongo que eso se suele hacer con frecuencia, pero siempre espero incluir contenido original "de mi propia cosecha", aunque la idea para el artículo sea prestada.

En realidad no sé lo que quiero. Quiero decir, sí lo sé, lo que no sé es lo que no quiero. Espera, eso también lo sé, lo que quiero decir es que no quiero decir lo que no quiero, sino lo que quiero. Qué queréis que os diga... Quiero decir, que no sé hasta dónde llegaré en mis redacciones, no sé si puedo plantearme escribir sobre ciertas cosas y no tengo claro si es bueno o no escribir sobre otras. En cualquier caso, espero sorprenderme a mí mismo y con un poco de suerte, también a quien me lea.

Otra de las razones para iniciar esta aventura es intentar "revitalizar" un poco mi capacidad de expresarme escribiendo, que la tengo muy abandonada, además de ir corrigiendo problemas como los que menciono al principio: convencerme a mí mismo de que no es necesario corregir constantemente y de que a veces es necesario y bueno plasmar pensamientos más frescos, recién salidos del horno... Anda que, como todas las comparaciones me salgan como esta, voy listo.

Dicho todo esto, creo que va siendo hora de pulsar el botón "publicar" por primera vez y de hacer pruebas con los elementos disponibles. Espero que si no todos, algunos lo disfruten. También puede ser interesante leer algún comentario de vez en cuando, para darle un poco de vidilla. Hasta pronto, pues.