jueves, 23 de agosto de 2012

Peligro: Obtención Fraudulenta de Datos

He editado esta entrada porque debido al cabreo del momento, la original me quedó con demasiados tacos y he preferido suavizarla, aunque estas cosas siempre se quedan guardadas en los borradores... Nunca se sabe.

Ayer me suena el teléfono móvil a las 20:42. El número que aparece en la pantalla es 914365000. No sé por qué decidí cogerlo, pero lo hice y la conversación fue como sigue (entre paréntesis pongo comentarios y pensamientos que me pasaron por la cabeza):
  • Phiser: (voz de hombre) Buenas noches. ¿Podría hablar con Don Fulano Zutano Menganítez Perengánez? (mi nombre completo. Mi sentido arácnido zumba).
  • Yo: (primer error) Sí, soy yo. ¿Quién es?
  • Phiser: Buenas noches, señor Menganítez. Mi nombre es Tesaco Lapasta (mierda de memoria la mía) y llamo del servicio de atención al cliente del Banco Popular.
  • Yo: (¿ein? Pues sólo hubo una vez que me llamaron hace años y la razón era chunga)...
  • Phiser: Le comunico que por motivos de seguridad, esta llamada va a ser grabada.
  • Yo: (claaro, eso es garantía absoluta, no sé para quién. Segundo error mío: Tanta mierda de smartphone y no se me ocurrió intentar poner a grabar la llamada. Es que no sé si se puede pero me extrañaría que no)...
  • Phiser: Señor Menganítez, el motivo de mi llamada es confirmar unos datos incompletos suyos que no nos ha facilitado...
  • Yo: (mi sentido arácnido se sale de la escala).
  • Phiser: Voy a pasar a comentarle los datos y si es tan amable, me indica los campos que nos faltan...
  • Yo: (Pero ¿de verdad me está hablando en serio este tío?)
  • Phiser: ¿Me puede indicar su número de DNI si es tan amable?
  • Yo: Perdone, no le voy a dar ningún dato por teléfono.
  • Phiser: Señor Menganitez, estos son datos incompletos que tenemos suyos y que no nos ha facilitado en su totalidad.
  • Yo: (valiente tratamiento de datos personales sería si fuese así)
  • Phiser: Sabemos que las cuatro últimas posiciones de su NIF son 123A, únicamente nos tiene que dar las cifras anteriores para que podamos completar su información.
  • Yo: (A tomar por saco el sentido arácnido, maldito estafador. Te mato. Como te pille te mato. ¿cómo te puedo pillar? ¡Mierda!)
  • Phiser: Tenga en cuenta que para el correcto tratamiento de su información necesitamos tener los datos que no nos ha facilitado completamente.
  • Yo: (Esto no puede ser bueno para mi corazón) Le digo que no le voy a dar ningún dato por teléfono. Si quieren mis datos, cítenme en una oficina física del banco y lo hablamos. 
  • Phiser: De acuerdo, señor Menganítez. Pues no olvide que debe pasar por su oficina para completar su información personal.
  • Yo: (Otro error más: debería haberle preguntado algo acerca del banco o haberle hecho alguna pregunta ingeniosa que demostrase que era un estafador. Pero qué nublada estaba mi cabeza) Ya. 
  • Phiser: Muy bien, señor Menganítez. Muchas gracias por atender nuestra llamada.
  • Yo: Adiós.
  • Phiser: Buenas noches.

Yo no daba crédito (anda mira, como ellos) y tras colgar me di cuenta de que estaba muy nervioso, paranoico y enrabietado.

Como he querido indicar desde el inicio de la llamada, a mi me olía a chamusquina pero con las prisas mi lengua se quedó quieta. Todo lo que podía hacer era pensar en cuál sería su próximo paso. Pena de no tener un cerebro más rápido para haberle dado la vuelta a la conversación y sonsacarle datos a él o conseguir que quedase grabado con todas las pruebas posibles.


Normalmente no suelo coger ninguna llamada que no se muestre con un nombre almacenado en la agenda, ya que como todo el mundo, acabé harto de los teleoperadores de todos los tipos y colores. Sin embargo, en algunas ocasiones lo cojo por si casualmente fuese acerca de algún trámite que tenga pendiente.

Por otra parte, no soy proclive a dar mis datos personales a nadie, pero dado que unas empresas se pasan los datos a otras, y que existen diversas maneras de conseguir datos (este es un ejemplo), veo difícil averiguar quién es el culpable de esta llamada.



Debo decir que desde hace años nunca tiro a la basura ningún documento en el que aparezcan mis datos personales sin pasarlo previamente por una destructora de papel, que lo convierte en tiritas... Aunque no sé hasta qué punto eso puede ser efectivo. Soy bastante paranoico con ese tema y después de esto creo que ya no me fiaré salvo que pueda hacerme con una chimenea donde quemar el papel. Pero como no sé si la fuente ha sido un documento recuperado de la basura, o de mi buzón, o una cesión de datos entre empresas, o cualquier otra cosa como que me puedan haber pinchado la conexión de Internet del trabajo o la de casa... Sólo me queda conjurar a la suerte para que no me jueguen una mala pasada.

Conclusión 1: Evidentemente voy a poner una denuncia. Si este tipo era alguien que intentaba sonsacarme información, espero que sirva para que le entrullen (que ya es mucho esperar). Si por el contrario la llamada era legítima del Banco Popular, también denunciaré por el tratamiento de datos lamentable y por las formas de intentar obtener la información.

Conclusión 2: Primero voy a ir a la oficina del banco para preguntar y saber a quién tengo que dirigir la denuncia, aunque mi sospecha no recae en el banco. Pero si el banco fuese el responsable, evidentemente haré lo posible por quitar los productos que tengo con ellos... Aunque no va a ser fácil.

Dejo por tanto redactada esta entrada y cuando tenga más información la comentaré en otra para no hacerlo tan largo. (NOTA: Esto está editado y publicado justo después de volver del banco).


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