miércoles, 7 de enero de 2009

Este Sí, Este No

Tomar decisiones es complicado. Y cuantas más variables intervengan en el proceso, peor. Por ejemplo, escoger un ordenador cada vez se hace más difícil por la cantidad de opciones disponible en cada componente. Pero es mucho peor tener que escoger algo más grande y sobre todo, mucho más caro. En este tipo de decisiones de compra que los simples mortales sólo podemos permitirnos a base de crédito usurero, se encuentran las viviendas y los vehículos.

Teniendo en cuenta que mis planes para adquirir un vinículo utomóvil eran prácticamente nulos hasta hace unas semanas, la que se me vino encima fue pequeña. Mi idea era aguantar lo más posible "el pelotilla" hasta que pudiese ahorrar lo suficiente para un coche nuevo. Mis planes se fueron al traste mucho antes de tiempo y ahí llegó mi primer mar de dudas: ¿me lo compro o no? Viendo lo mal que está el patio en cuanto a temas de robos, destrozos y demás, la cosa no pintaba nada bien. Por otro lado, un coche te da una libertad muy grande en ciertos momentos. Aunque lo primero me seguirá pesando a diario, lo segundo me llevó a la decisión de que tenía que meterme en la compra, al menos esta vez.

La verdad es que mi idea inicial era comprar algo pequeño, suficiente para moverme pero fácil de aparcar. Yo hubiera escogido algo del segmento B, probablemente un Toyota Yaris o un Honda Jazz. Como soy bastante influienciable, tanto los comentarios a favor como en contra me hacían naufragar entre quedarme ahí o moverme a un segmento superior. La verdad es que el segmento C me atrae más y hay bastantes opciones para elegir. Expongo un pequeño listado de las que estuve mirando:

Por lo que leí en Internet, me dio la impresión de que los coches japoneses tenían fama de ser más fiables que los demás. Una primera mirada me hizo descartar los Peugeot y el Focus con bastante rapidez. La verdad es que sin tener mucha idea de motores, me fijaba más bien en acabados, interiores, etc. Mi idea era un coche de gasolina de unos 100 CV, aunque aquellos a los que les gusta "darle zapatilla" me decían que eso sería poco. Teniendo en cuenta que vengo de un Renault Clio 1.2 de 60 CV con más de 15 años y que soy un conductor bastante tranquilo, pensaba que con un poquito más sería suficiente.

Sobre el C4 decir que aunque estaba a un precio aceptable, una de las razones por las que lo descarté era común al Yaris: la consola está en el centro del coche, en lugar de delante del conductor. Sólo me quedaban los asiáticos y el Renault.

Entonces fui al primer concesionario, el de Honda. El Civic me hizo babear a base de bien, pero el precio se disparaba. Sin embargo, lo guardé en la recámara por si me acababa decidiendo. Saliendo del concesionario vi que había uno de Toyota y me metí a preguntar. El precio estaba mejor, pero me daba la sensación de que no todo lo bien que podía estar. De todas formas los coches no eran comparables en motor, así que difícilmente podrían serlo en precio.

Buscando más información me dio la impresión de que los coches coreanos no gozaban todavía de la misma confianza que los japoneses. El C30 se cayó de la lista... más que nada por falta de conocimiento, porque el interior me gustaba. El KIA no llegué a verlo. Quería reducir el abanico de posibilidades al menor número posible de modelos.

Visité un concesionario Renault, pero aunque el precio era moderado, después de haber visto los interiores de los japoneses, no me atraía tanto como yo pensaba. Así que lo descarté. Y Mazda se me cayó sobre todo por precio. Puede que mirase más coches dentro y fuera del segmento, pero por alguna razón no acababan de convencerme.

Finalmente quedaba la batalla Toyota - Honda. Y sinceramente ganó Toyota porque no estaba comparando dos coches iguales. Si hubiese dispuesto de más dinero, me habría decantado por Honda. Pero con lo que tenía, no me quería endeudar hasta las cejas y me quedé con algo bastante más moderado.

Sólo han sido quince días de espera y se han hecho muy largos. No quiero imaginar lo que debe ser esperar tres meses o más, que es lo normal en la mayoría de los casos. En el concesionario pregunté directamente por los coches que pudiesen entregarme en poco tiempo. He tenido que aceptar un color que no me apasiona y sé que hay detalles que no me gustan. Como digo, me hubiera encantado tirarme a por el Honda Civic.

Quizá también me hago demasiadas cábalas, porque ¿para qué quiero un motor más potente? El tiempo dirá si me he equivocado mucho o poco.

2 comentarios:

Miguelón dijo...

Jejeje. La verdad es que me quito el sombrero por haber sabido pensar las cosas fríamente y haber analizado los pros y contras para quedarte con lo que se adapta mejor a tí. Yo seguramente hubiera tirado por el Civic, costase lo que costase: soy más impulsivo para estas cosas.

¿Y lo tienes ya? Hazle alguna fotico o algo para que lo veamos en el blog...

redondeado dijo...

Bueno, eso...

...proximamente, en Picores en el Alma.

[quizás ;)]